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Dionisio, dios del vino y la vegetación, fue quien enseñó a los hombres cómo cultivar la vid y hacer vino. Con quienes lo respetaban, era bueno, pero llevaba la desgracia a quienes lo rechazaban.
En Bodegas Malacuera seguimos con las enseñanzas heredadas de los dioses para crecer, con esmero y una cuidada selección de las uvas, los placeres más canallas.
Somos Malacuera, una bodega familiar acogida a la DO Ribera del Duero. Elaboramos todos nuestros vinos con uvas seleccionadas de majuelos del entorno del Valle del Botijas y de la comarca ribereña. Somos tres los diablillos que, junto con el enólogo Ángel Luis Margüello, diseñamos cómo será el paladar de lo que en esta bodega se elabora.
En un enclave magnífico, como es la Ribera del Duero, encontramos una bodega tan traviesa como amante del suelo en el que habita, la Bodega Malacuera. Nuestras instalaciones están en pleno casco urbano de Castrillo de Duero, pero el alma de nuestro diablillo y su origen permanece bajo una tierra llena de tradición, en las cavidades subterráneas, las mismas que guardan los secretos de los vinos más pícaros y revoltosos de la zona.
Dicho pueblo ha sido testigo presencial del nacimiento de sus vinos, fruto del trabajo, tesón y cariño que entrañan la amistad y la pasión por la tierra y el vino. Un proyecto de pasado, presente y futuro, que además pretende llegar hasta el rincón más recóndito del planeta, llevando a cada lugar el vino más sugerente y canalla de la Ribera.
Variedad
de las uvas
En Malacuera elaboramos todos nuestros vinos con uvas seleccionadas de majuelos del entorno del Valle de Botijas, y de la comarca ribereña.
Con cepas viejas y arraigadas al medio, hemos ido alcanzando la madurez de nuestros vinos, así como su esencia y carácter. Frutos terrenales para concebir el mejor de los placeres y la mejor excusa para pecar.
Leer másNuestras instalaciones están en pleno casco urbano de Castrillo de Duero, pero el alma de nuestro diablillo y su origen permanecen bajo las entrañas de una tierra de tradición, en las cavidades subterráneas, las mismas que guardan los secretos de los vinos más pícaros y revoltosos de la zona. Vinos con encanto que elaboramos para llegar a los paladares más traviesos y exigentes.
La tierra es el origen de todo, de donde nacen nuestros vinos y personalidad más canalla. Una tierra que ofrece unos frutos con temperamento y mucha personalidad, debido al frío y característico clima de la zona. Con cepas viejas y arraigadas al medio, hemos ido alcanzando la madurez de nuestros vinos y su esencia y personalidad más picarona. Frutos terrenales para concebir el mejor de los placeres y la mejor de las excusas para pecar.